Por Edinson Lares/Opinión
Y no hubo acuerdo, Panas
-Mientras tanto me comí el guiso de las hallacas-
Nada que hacer, una minoría obnubilada de países que no suman en total 30 de 192, reunidos en Copenhague, Dinamarca; dijeron ¡no!, y no hubo acuerdo, para miles de panas, que junto a una mayoría de 162 países, que intentaron ser coherentes por defender la poca estabilidad climática mundial, en la “única nave” que nos da albergue y ofrece esperanza para la continuidad de la especie humana, animal y vegetal; y la cual quedó asqueada ante planteamientos capitalistas del presidente “premio -novelesco- de la paz” Barack Hussein Obama; quien en favor de la crisis mundial alimentada por su nación y otras industrializadas, declararon no asumir su parte de responsabilidad.
Pero como se sabe son representantes de unos estados antidemocráticos, que se han dado a la tarea de promover el odio y la violencia -por años-, derramando sangre inocente con mortíferas bombas súper guiadas e inteligentes para matar gente.
Ahora, nosotros somos culpables de enfrentarlos y oponernos a que sigan destruyendo lo poco que aún queda de útil para la vida en el planeta.
Lo cierto es que volvemos a empezar clamando por tres “a”
Quienes sabemos por descontado que siempre terminamos acusados de “ridículos” denunciadores por lo que no se asume, como si en verdad fuésemos los culpables de gastar energía mal administrada; o de alimentos que no se distribuyen equitativamente para los más necesitados. Está claro, que hablar de socialismo para una minoría en el planeta, es tan “ideológico”, como para una mayoría que repudia el atomizado afán de lucro y el derroche de recursos que nos aseguran la vida; como es: el agua, el aire y los alimentos. He ahí las tres “a”.
Hoy resulta sin sentido negar lo que por años, muchos habitantes en el planeta tenemos bien definido en estudios serios; es decir: el agua apenas se preserva en cantidades limitadas; no hay forma ni manera de hacer que la gente ahorre agua, ante una posible falta de ésta en los próximos años. Se acabará primero, el agua o el aire; mil millones de habitantes del planeta carecen de alimentos. Por lo anterior ni pregunto si aún queda para el resto de los miles de millones de pobres.
Igual ocurre con la contaminación atmosférica con elementos de CO2, que deterioran la capa de ozono y hace posible el paso de la radiación ultravioleta, dañina para la salud de la vida vegetal, animal y humana. Pero todo esos reclamos y protestas, son pataletas de locos socialistas, que imaginan al desacreditar o burlarlos por sus denuncias, están posponiendo el final de una vida, el colapso de un ambiente y la destrucción del único hábitat posible, en años luz a la redonda, puesto que no se vislumbra otro planeta cercano o parecido al que estamos destruyendo.
El drama en “el otro lado del río” como ejemplo de negación
Divide al sector “El otro lado de río” del resto de la ciudad capital La Asunción, un río que lleva el mismo nombre de la ciudad, y nace de una fuente natural en la parte alta del llamado Parque “El Coupei” (voz indígena); pero desde hace más de tres años, estoy denunciando su contaminación por desagües de aguas negras o cloacas. Lo cierto es que constante, corre agua por este río, muy contaminada y con la complacencia de las autoridades ambientales municipales y regionales.
Representantes del Consejo Comunal, dónde ya venció su periodo legal de autoridad, nada hicieron por arreglar el problema, y menos denunciar la contaminación generada por personas que poco les importa lo que ocurra en el sector, o en el mundo entero; y los cuales se la pasan endilgando a Chávez, una culpa que ni siquiera conoce; se obnubilaron igual que esos países del orbe que no creen más que en el beneficio individual y el lucro ignominioso de obtener bienes energéticos; sea estos provenientes de minerales, vegetales y orgánicos animales.
Hace pocos momentos los países orientales celebraron el año nuevo, 2009 es historia, lo que viene es “candanga con burundanga”; que si me lo pregunta, no sé que es. Pero si está claro, que seguiremos luchando por dar un respiro a la degradación del planeta, que no tiene un “plan B” ni un lugar en otro mundo parecido al planeta, para asegurar la supervivencia humana, que es precisamente la verdad que hemos dejado olvidada en un lugar llamado Copenhague.
Feliz año nuevo... Dedicado a mis 20 amigos colegas, casi abogados de la UBV-Arismendi-ENE
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