20 de agosto de 2010

En memoria de Don Ramón Ocando Pérez

Fuente: La Voz del Río/ Comunidad
Por Edinson Lares Rojas



El Fundador de los Scaut en Venezuela (2da. Parte)
En Cabimas para el año 1970, se unió al recordado Grupo Scaut "Copaiba 15". Tropa organizada y funcionando para aquella época, por los lados del sector "Las Cuarentas", en el recordado y aún funcionando Colegio "Juan XXIII".
Con apenas trece (13) años, quien suscribe y junto al "gemelo" Emerson Lares (El Editor), entramos en aquella unidad educativa privada "Colegio Juan XIII", un sábado de agosto, como a las 2 de la tarde flanqueando a Don Ramón; quien nos llevara de la mano con la única y solicitada intención, ser aceptados para formar parte de la agrupación scaut cabimera; la que con inusitado orgullo desde ese día, hizo del ilustre visitante su más admirado amigo.
Ese fue el Don Ramón que yo conocí, un hombre amigo para todos sus adnegados scaut fomentadores y forjadores de enseñanzas venezolanistas, en la conservación de la naturaleza, el respeto a organización familiar-comunitaria, el apoyo para resolver los asuntos urgentes de la comunidad; que en una palabra, conformaban la esencia de la tropa, en la manada de lobatos, los patrulleros scaut y los jóvenes del clan; o los más conocidos "exploradores" que interactuaban solidarios con su lema "siempre listo", para la solución del juego amplio de la vida, que ofrecía aventura y dedicación para cumplir los mandatos de la Ley Scaut... Que si a ver vamos, se resume en el nuevo pensamiento bolivariano que rescata el modelo socialista de inclusión.
Es fácil comprender lo anterior, cuando se lee múltiples discursos e innumerables escritos legados por Don Ramón, tanto en la sede scaut de las ciudades de Maracaibo y Maracay; dónde sé fue a parar casi toda la biblioteca personal del fundador, conservada hasta sus últimos días por la hoy desaparecida esposa de Don Ramón; la siempre recordada amiga: Ana Rojas de Ocando (26/07/1934-14/06/2001).
Hace poco al visitar la ciudad de Cabimas, observe al pasar frente a la escuela pública que lleva su nombre, varias niñas, niños y adolescentes cumpliendo con el deber de arriar la bandera y cantar el himno nacional; quise preguntar, si allí funcionaba alguna tropa scaut, y si había quien cantara aquella hermosa canción de despedida, que el fundador igual recitaba de cuando en cuando en sus ratos de descanso. No alcance a detenerme. Pero para aquella época, fue para él un merecido honor en vida, que disfrutó con sus hijos y la mayoría de sus amigos en toda Venezuela y el Mundo.
El maravilloso reconocimiento lo aceptó, ese año de 1972, con orgullo y gratitud por los posibles niños, niñas y adolescentes que continuarían fortaleciendo dentro de la escuela municipal Don Ramón Ocando Pérez; la práctica sana y educativa del escultismo bolivariano.
Don Ramón, alcanzó en la Masonería el Grado 33; y como "Gran Maestro", supo guiar sus paso por la honrable senda de las virtudes superiores del gran hacedor del universo; no tuve la oportunidad de acercarme a las enseñanzas masónicas; pero lo poco que aprendí y recuerdo de él en esas incontables conversaciones, permite atreverme a escribir en su memoria.
Así, puedo decir, que cuanto logró en su ejemplar vida ciudadana, toda ella estuvo signada por la voluntad puesta en el de ser ejemplo para las juventudes, máxime cuando sus escasos estudios de medicina, sin concluir en los Estados Unidos, por una fatal enfermedad y desaparición física de sus padres, lo obligó a regresar a Maracaibo para el año de 1918; dónde se ocupó de una pequeña empresa de víveres, que luego para el año de 1928, pasó a manos de sus hermanos.
Más tarde, en la década de los 30 al 40 del siglo pasado, con rigurosa dedicación se empleo como secretario de oficina al servicio activo de la recordada "Corporación Venezolana de Fomento" (CVF); construyendo a su alrededor ese llamado "hombre nuevo" bolivariano, que probo en la conducta pública ciudadana, la "democracia representativa" no dejó de ignorar y execrar de las filas sociales republicanas; para dar paso a reconocer esos malos servidores públicos aduladores de oficio.
Cuándo la "Corporación para el Desarrollo de la Región Zuliana" (CORPUZULIA) lo jubiló en 1976, su dedicación a dar ejemplo a las generaciones por venir, se agigantó con la esperanza de que sus seguidores perpetuaran con valor y volundad, la gran idea de aquel militar inglés "Lord Baden Power de Grinswuell", que inventó ese "hermoso juego para jóvenes" al perseguir desechar la práctica de la guerra entre la juventud; y se hiciera posible con su introducción en el campo del Cerro "El Diablo", en Maracaibo, por Don Ramón: comenzar a edificar un proyecto socio-educativo valido y necesario para todas las edades y géneros entre los venezolanos y extranjeros. Gloria al amigo hacedor de juventud.

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