Fuente: Arizaida Arcia Grano de mostaza William Fariñas El Parlamento se ha convertido en un autentico escenario del debate público de las ideas, conductas y acciones de la política nacional. Es un foro que expresa el encuentro y desencuentro de las dos grandes corrientes del pensamiento universal en este siglo XXI. Por un lado un grupo minoritario que abraza las más reaccionarias posiciones de la derecha latinoamericana, la burguesía criolla retrograda, pitiyanqui y neoliberal; en la otra bancada se concentra a la izquierda progresista, patriota, socialista y bolivariana. La colectividad nacional puede hacer seguimiento de las posiciones y postulados de cada sector deliberante, tanto en el recinto durante las sesiones, como en las distintas opiniones que se mediatizan a través de la prensa, la radio y la Tv. Más allá de las generalidades, en términos personales hay actores que no ocultan su desprecio por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, sus principios, disposiciones y doctrinas que rigen su organización, administración y funcionamiento. El talante de la democracia venezolana ha sido capaz de tolerar a estos diputados y diputadas que abiertamente son partidarios de la intervención del imperio norteamericano sobre la patria bolivariana; inclusive a quienes sin ningún tapujo boicotearon nuestra constitución del 99, apoyaron la intentona golpista del 2002 y se reúnen descaradamente con los jefes imperiales. Recientemente, una de estos personeros, acuso en cámara que la educación militar de la nación atentaba contra nuestra niñez, y solapadamente dejo entrever que nuestra nación violaba las normas del derecho internacional humanitario relativas a la protección de los niños y niñas, al intentar prepararlos como combatientes para la guerra; asimismo se esgrimió que se desconocen sus necesidades particulares y su vulnerabilidad, y la protección adicional especial que establece una edad mínima para participar en las hostilidades. Es de tal magnitud esta afrenta a la patria de Bolívar, que se pretende acusar irresponsablemente a la república ante las Naciones Unidas por estos supuestos desmanes. En primer lugar lo que se capta en estos “compatriotas” es un profundo desconocimiento de la Ley Orgánica de La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, su objeto societal, ámbito de aplicación y misión; así como el pertinente y coherente contenido de la resolución No.017621 del 16 de marzo de 2011 emitida para normar el plan integral de la educación militar. En absoluto en ninguna de las líneas o párrafos de estas legislaciones se menciona la utilización de la educación militar para adiestrar niños y niñas para la guerra; no cabe la menor duda que estas afirmaciones destempladas responden a intereses propagandísticos de Guerra de IV Generación, promovidas desde los centros del poder imperial a estos lacayos y malinches con el fin de desprestigiar al gobierno bolivariano. A pesar de las normas del derecho internacional, Estados Unidos de América está conduciendo tres monstruosas guerras (Irak, Afganistán y Libia) que están afectando a millones de niños y niñas que participan en las hostilidades, con sus familias como víctimas inocentes. No obstante es responsable aclarar, que la resolución emitida por el Ministerio de la Defensa sobre esta materia, se refiere exclusivamente a la educación del personal militar de los componentes y complementos de la Fuerza Armada; su aplicación en el ámbito de la sociedad en general y a la ciudadanía juvenil en particular, se reseña como la tradicional instrucción premilitar, que es referente escolástico de más de treinta (30) años en los distintos centros educativos de la educación media venezolana. La educación premilitar impartida a jóvenes liceístas con fines cívicos y de defensa integral de la nación es una experiencia compartida como ocurre en casi todas las naciones del mundo. Hay que enfatizar que ha sido el Presidente Chávez, quien ha ordenado en su carácter de Comandante en Jefe de La Fuerza Armada no utilizar la instrucción de armamentos a estas prácticas, y circunscribir los esfuerzos exclusivamente a la formación de valores patriotas y conducta cívicas de la juventud venezolana que tanta falta nos hace. Estamos a la puerta del esclarecimiento de una patraña más de un sector oposicionista de la Venezuela Bolivariana del siglo 21, con firmeza y tolerancia daremos la batalla. Venceremos. Volver a La Voz del Río
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