6 de abril de 2012

Plegaria por el amigo Isidro Vicente Espinetti


Fuente: La Voz del Río/ Comunidad
Abg. Edinson Lares Rojas/ Opinión

En plena etapa especial su corazón palpita débil con baja arritmia musical

Jesús de Nazaret
Viene…     Recuerdo que andaba rondando los 65 años, por haberlos recién cumplido, cuando hable con él; puesto que nació un 15 de mayo de 1934, en la ciudad de Irapa, estado Sucre. Y, como se sabe, aparte de ser un cantante tenor lírico, telegrafista consumado, boxeador semi-profesional, maestro de escuela, músico y compositor excelente, y otras cuarenta mil cualidades, oficios y destrezas; poco difundidas por los más conocidos… Pocos saben que llegó a Porlamar, desde Caracas en 1960. Se vino mandado -como me refirió jocoso un buen día- bajo contrato de la compañía telegráfica de Venezuela o IPOSTEL, y se quedó enamorado de la isla, las porlamarenses y la ciudad marinera a la que ha sabido cantar, celebrar y llorar.
                El jueves santo en la tarde, cuando me dijeron que se encontraba en la unidad de terapia intensiva del Hospital “Luis Ortega” de Porlamar, a raíz de un pre infarto el día martes trabajando o dando clase a sus alumnos cotidianos; el cual, no sé si por su terquedad natural, no atendió como es debido. El miércoles por la mañana se sintió mal y fue llevado al hospital, donde se le detectó, no solo el infarto sufrido; sino un leve derrame al cerebro que lo mantiene en cuidados intensivos.
                Lo anterior es lo más responsable que puedo expresar puesto que no hay posibilidad de hablar con él, cuando tiene prohibida las visitas y salvo sus familiares más cercanos, a esta hora solo saben explicar lo que me atrevo a decir en esta nota.
                Espinetti, como pocos, es dedicado al hablar de variados temas y con una excepcional dura nobleza al entregar un sin igual consejo a sus amigos, se hace un riguroso conversador consumado con la palabra ágil y el chiste a flor de boca en reuniones privadas o públicas; de hecho, su pluma poética se inspirará siempre en lo más cotidiano del entorno, con un toque personal único y un elevado sentido de la realidad comunitaria que gusta cultivar.
                No pocas veces al conversar con él, noté su vernácula forma de consejas en las más duras palabras que nadie espera, como es a los verdaderos amigos en su larga vida poética compositora. Lo cierto es que no pocos conocidos, a los que siempre supo declarar -y aun lo hace, no quisieran estuviera en este trance- sin ningún remilgo o tapadera del mal que se les aproximara. Por eso, muchos de sus amigos saben decir: “Espinetti es jodio compay”.
                Adelanto un comentario que hice el lunes 26 de marzo a Cecilia Gil… Bien sería declarar la canción “Porlamar”, de Espinetti, segundo himno del Municipio Mariño. Igual es patrimonio cultural viviente de Nueva Esparta y la República Bolivariana de Venezuela. Ya lo es del municipio donde aún vive y de Antolín del Campo.
                Tengo fe que no haya malas noticias por estos días santos, quiero acercarme al amigo Espinetti; pero es necedad visitarlo por lo que muchos saben en esta ocasión de su salud muy delicada. Clamo una oración por su pronta recuperación al Dr. José Gregorio Hernández, la Virgen del Valle, La Coromoto, La Divina Pastora, La venerada Chinita y a Nuestra Señora de La Asunción; tengo fe -y ustedes, también- que contamos con nuestros mejores guardianes a la hora de interceder por los enfermos, necesitados y mejores amigos.
                Salud para ti, Isidro Vicente Espinetti, amigo hacedor de inspiradas notas poéticas-musicales para cantarle a la vida. Amén.

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