15 de enero de 2011

Luchando con más de nueve décadas cumplidas

Fuente: La Voz del Río/ Comunidad
Por Edinson Lares Rojas


Mamía celebra noventa y cuatro años de feliz existencia
Leonilda Valderrama García, actual viuda del recordado músico asuntino Jerónimo "Yomo" Gil, nació el día 17 de enero de 1917, en la misma calle Lárez, que va de "El Dique" saliendo por el llamado "Boquete" al río La Asunción, en una casa derrumbada que actualmente se encuentra aún con la fachada frontal en pie; y la cual, está ubicada a media cuadra entre las calles "Unión Oeste e Independencia", en el sector conocido como: "Casco Central-Plaza Arismendi-Puente Colonial" de La Asunción, Municipio Arismendi del Estado Nueva Esparta.
Sus padres de nombre "Pedro Valderrama y Antonina García", asuntinos nacidos a finales del siglo XVIII, cuando fallecen apenas Leonilda a cumplido los cinco años de edad, lo que le recuerda: "Crecí junto a cuatro hermanos varones, de nombres Leocadio, Tomás, Jesús y Benito Ramón; el primero que es el mayor, aun me sobrevive y reside en la ciudad de Maturín del Estado Monágas". El último de los nombrados "Benito Ramón", recién falleció el pasado 28 de diciembre de 2010.
Con gran cariño recuerda que vivió su niñez bajo los ciudadanos de su madrina Josefa "Pepa" García, con quien aprendió a leer y escribir correctamente, puesto que poco cursó los primeros grados en escuela pública alguna; siendo su recordada madrina una preocupada maestra en su joven vida. Así, gracias a las lecciones dadas por "Pepa" García, la dedicada atención le permitió aprender labores dentro del hogar, que incluían bordado con tambor de madera, cestería manual y elaboración de todo tipo de mensualidades sencillas; hasta su mayoría de edad. Muchos años se los dedicó a "cocer y pegar botón en ropa ajena".
Dedicada por entero a cumplir los preceptos de la iglesia católica que profesa hasta ahora, desde su bautizo en la misma Catedral; consecuente acudía a la misa en la Iglesia Catedral "Nuestra Señora de La Asunción", donde fue a los seis meses de vida bautizada. Como buena asuntina cumple hasta hoy una gran labor de fiel creyente y abnegada devota de la Virgen del Valle; hoy en día por su edad, solo le es permitido por sus hijas, asistir a misa de seis cada domingo cuando la acompañan.
Como dato, desde niña asiste a todas las procesiones de la semana mayor y la fiesta organizada para celebrar la ascensión de la Virgen María: todo 15 de agosto de cada año. Se casó moza -como así lo recuerda- con el músico asuntino Jerónimo Gil (1909-1980); quien estuvo dedicado todos los años de su vida, desempeñando la labor de ejecutante del saxofón en la otrora "Banda Marcial del Estado Nueva Esparta". A su difunto esposo, siempre lo identificaron más con el calificativo de "Yomo Gil", por el nombre de Jerónimo; y consideró siempre que fue "mal pagado su destacada labor como músico", falleció en la misma ciudad que lo vio nacer, cumplido los 71 años.
Muchas veces comenta "que ahora nada es igual, pero la vida es así". Limitada por la edad y sus propias hijas Ana y Cecilia, para que no siga dedicada a pretender hacer tareas que pongan en riesgo su envidiable salud, todos los días se levanta a las seis de la mañana, hace arepas tipo telas margariteñas, barre los corredores de la centenaria casa, dónde nació el poeta "Rosauro Rosas Marcano"; y comprara su difunto esposo a la familia del Poeta. Como algo curioso, no hace hasta mucho tiempo, barría completo el patio de su casa y recogía toda hoja y rama cortada; en un área no mayor de 144 metros cuadrados.
Desde hace dos años, lidia con los tres únicos tormentos caninos de la casa: Gustavo Adolfo (5 meses), Brando Miguel (11 mese) y Jack-Antonio (2 años); cuyo pedigrí varía por calidad y tamaño, cuando el primero es de raza "pincher-snaucher", el segundo es "snaucher-hamterry" (Hermano mayor del primero; aunque no lo crean) y el último es un "Dálmata-Pastor" que su propia dueña Cecilia "Chila" Gil: más vigila en toda sus necesidades.
Muy en confianza, ahora que soy su nuero desde hace unos tres años; Leonilda me ha dicho alegre: "No cambiaría nada de la vida que hasta ahora he vivido". Para lo cual, he observado en su gran fortaleza de espíritu y determinación al no dejarse amedrentar por varios achaques y dolencias musculares, es que -según lo refiere- "yo soporto todos los años que tengo, porque aprendí ha ser paciente, cumplir con mi credo y no escuchar los chismes de la gente". Precisando que: "Ante todo nos debemos a nuestro Dios, a su hijo nuestro señor Jesucristo, a la Virgen del Valle; y por todo lo bueno recibido junto a los mios, doy gracias, así como haber compartido con mis hijas Ana y Cecilia, y mi única nieta Anita".
Y, yo agregaría, el batallón canino; que igual es llamado: "Batallón de Chila"... Que son los más cercanos amigos que la mantienen despierta y en franca faena todos los días; puesto que Mamía, cumple noventa y cuatros años de feliz existencia.

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