La
Revolución construye casas dignas para los neoespartanos
El enlace
del Gobierno bolivariano en la entidad regional, Carlos Mata Figueroa, y la
Alcaldía del municipio Marcano, lograron la construcción de 28 viviendas en la
comunidad El Corral, en Juan Griego, a través de la Coordinación de Obras
Públicas del Ministerio de la Defensa en la entidad regional
Nueva Esparta,
4 de septiembre de 2012.- En las costas de Taguantar, del sector El Corral, en Juan
Griego, municipio Marcano, durante años han vivido familias de pescadores en
condiciones notablemente precarias. Cualquier persona que de una visita a uno
de las viviendas improvisadas, en las que habitan estas familias de pescadores,
puede certificarlo.
En
agosto del año pasado, estos habitantes recibieron la visita de Carlos Mata
Figueroa, coordinador del Órgano Superior de Vivienda en el estado Nueva
Esparta, acompañado por la alcaldesa del municipio, Marisel Velásquez.

Para
Eladia y otras madres del sector, esto es “un sueño hecho realidad”. Las
gestiones de Carlos Mata Figueroa y de la Alcaldía del municipio, lograron que
el Gobierno bolivariano, mediante la Coordinación de Obras Públicas del
Ministerio de la Defensa en el estado Nueva Esparta, construyera 28 casas para
esta comunidad.
Condiciones
precarias

Los
habitantes de esta comunidad ni siquiera tienen baños. La sola satisfacción de
sus necesidades fisiológicas representa para ellos una hazaña: deben ir al
monte, en medio de la maleza, porque no tienen baños, no hay sistemas de
cloacas. Tampoco tienen agua potable. La Alcaldía les lleva camiones cisterna
dos veces por semana.
Cuando
llueve, deben hacer “maromas”, como comenta Irayn Silva, de 45 años de edad. La
lluvia se cuela por las latas de zinc, y les moja los 5 colchones sobre los que
duermen 17 personas, en una sola “habitación”.
Y
es que estos habitantes costeros tampoco conocen la comodidad que concede la
privacidad, pues en una sola vivienda improvisada viven varias familias. “Aquí
vivimos cinco familias”, dice Noreny Rodríguez, de 19 años, madre de dos niños,
y quien ha soportado estas condiciones durante cinco años.
Viviendas
dignas
Cada
una de estas 28 viviendas, tiene 77 metros cuadrados. Su estructura la
conforman una sala, una cocina, un lavadero, un baño, dos habitaciones, y una
habitación principal con baño.
Estas
casas se construyeron con materiales como madera, fibra, anime, y se empleó el
cemento necesario. Materiales que disminuyen las agresiones al medio ambiente y
ponen en marcha una nueva forma de construir complejos habitacionales: en
sintonía con la conservación ambiental.
Esta
urbanización contará con un tanque de agua de 110.000 litros, y con los
sistemas de aguas blancas y servidas, para dignificar la vida de estos
neoespartanos.
El
gobierno de Morel Rodríguez, le construyó a esta comunidad, hace tres años,
unas viviendas, de las cuales hoy sólo quedan escombros: las grietas y los
troncos de madera podridos hablan por sí solos.
“Nadie
pudo vivir aquí, porque a los meses esas casas se estaban viniendo abajo”, con
estas palabras, explica Eladia Martínez la inutilidad de esta ayuda
gubernamental de la actual Gobernación neoespartana.
Comunidad
agradecida

Las
madres del sector contemplan con ojos de esperanza estas viviendas, y sienten
“el corazón contento”, porque ven a sus hijos viviendo en “una casa de verdad y
bonita”, como describió Alervis Rosivel Carreño, joven madre de tres niños.
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