Fuente: Comando de Campaña CMF
Exalcalde Leopoldo Espinoza Prieto. |
Después
de la publicación del remitido de Alirio Bolívar, calzado con el seudónimo
Morel Rodríguez Ávila, en donde de manera grotesca y jugando a la amnesia
colectiva, el Gobernador saliente casi nos convence que es más chavista que
Nicolás Maduro, ahora – inducido por asesores de pacotilla – ha decidido jugar
al escándalo para intentar marcar la pauta en la campaña electoral que,
legalmente, debería iniciarse el venidero primero de noviembre.
La
estrategia de Rodríguez apunta no sólo a desafiar al árbitro, sino a repetir la
tragicomedia de la gorrita tricolor ya probada y fracasada en la campaña
presidencial de Capriles.
Toda
una provocación que intenta, de manera guapetona, buscar que al reaccionar el
Comando de su contrincante, pueda éste ser mostrado como una víctima de la
desesperación o del temor por una supuesta fuerza de la derecha en Nueva
Esparta, la cual, por cierto, quedó desmentida el pasado 7 de octubre cuando el
chavismo le aventajó por más de seis mil votos en Margarita y Coche.
Como
parte de esa “salida en falso” ya vemos automóviles que lucen micro perforados
publicitarios en su parabrisas, pendones, que con la foto de primera comunión
del candidato, cuelgan en los postes del alumbrado público, cuñas radiales en
donde el Gobernador de “Doña Blanca” se hace llamar el único, autentico, veraz,
legitimo e incomparable revolucionario, mimetizándose para esconderse
nuevamente en el burladero de la mentira y el engaño.
Por
cierto, sería bueno saber quién le aconsejó al Rodríguez fusilarle el diseño
gráfico a la casa de Mickey Mouse para confeccionar su propaganda con elementos
idénticos a los empleados por el célebre y gracioso personaje de Disney. ¡Todo
un candidato de comiquita!.
Nadie
nos está pidiendo consejos, pero sería bueno dejar que el candidato continuista
se cocinara en su propia salsa, pues al fin y al cabo cada quien escoge la
forma de hacer el ridículo, sólo que la de Rodríguez carece de originalidad.
Por eso decimos que ante tan burda maniobra lo ideal sería no caer en la
provocación y sobre todo el árbitro electoral a quien pretenden desafiar y
burlar.
Rodríguez
busca desesperadamente victimizarse y no hay que hacerle el juego. Como dicen
nuestros viejos marineros: “Déjenlo que vergajee” (ojalá que no aparezca un
“gazmoño” tildándonos de groseros o vulgares).
En
fin, siete días de pillería ventajosa no va a modificar la decisión de cambio
general que ya se constata en los pueblos de nuestras islas.
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