Área vuelta sentina en El Otro Lado del Río

Área vuelta sentina en El Otro Lado del Río

Fuente: La Voz del Río/ Comunidad

Por Abg. Edinson Lares Rojas

Campañas van en contra del deterioro ambiental y nada detiene el desaseo comunal

Analizando la actitud asumida por una indescifrada población de la región insular, en cuanto a sumar voluntad para proteger el ambiente, fauna y animales en vías de extinción; cuesta creer que las múltiples campañas a favor de revertir el probable caos que se cierne sobre la humanidad en los próximos años, por esa oscura y malvada aptitud de botar o desechar de manera antihigiénica todo desperdicio en vía pública; o botar en cualquier parte que le apetezca, desperdicios de todo tipo sin calcular los innumerables daños ecológicos que puedan promover… El área vuelta sentina en “El Otro Lado del Río”, puede resultar en un cerrar de ojos y en pocos años en un caótico vertedero local.

Campañas van en contra de deterioro ambiental

Puede ser que suene exagerado y valga la cita para alertar por lo que esté ocurriendo en este y otros sectores capitalinos del municipio Arismendi, pues seguro vale afirmar que estamos perdiendo la batalla en materia ambiental y conservación de la naturaleza a nivel insular; junto con todos los recursos energéticos que no se economizan en la “Isla de Las Perlas” o “Dónde el mar es más dulce que la sal”. Ya es urgente convocar con solicitud al Consejo Comunal “Otro Lado del Río”, una cayapa comunal para recoger todos los desperdicios dejados en cada calle, área y recodo del sector; puesto que, si las autoridades municipales y regionales han intentado asear el sector urbano, hay la impresión que varios vecinos indiferentes –digo- por algo llamado salud ambiental, cuando se aprecia que están encerrados en sus fortificadas viviendas “desojando la margarita” y confiando el no haber ningún peligro en el entorno vecinal.

Nada detiene el desaseo comunal

A diario crecen montones de basura y campañas van en contra del deterioro ambiental, dejando claro la fina línea que separa a todo ser animal de su irremediable extinción; y nada detiene el desaseo comunal provocado de forma consiente y voluntaria por “nosotros” mismo, pues todo ello como peores agresores de la naturaleza, los exuberantes ecosistemas y las pocas reservas forestales en constantes peligro depredador por acción de las y los humanos: “seres superiores” pero habituales.