Fuente: Prensa
Podemos/ Opinión
Autor: Henry Hernández
Foto: Archivo La
Voz del Río

Y
es que las parcialidades, individualidades y además del pequeñoburguesismo que
yace en muchos liderazgos de este proceso hacen peligrar el éxito de la
contienda; y no es que haya el temor a perder, no es que exista miedo por los
resultados; las diferentes encuestas y estudios señalan la enorme aceptación
que tiene el pueblo mayoritario sobre el resultado electoral favorable a Chávez.
No, es simplemente que lo que está en juego es mucho mayor a la simpleza con
que muchos ven estas elecciones.
La
etapa que se inicia inmediatamente al triunfo de Chávez es un salto hacia la
consolidación de un sistema venezolano socialista, donde se harán realidad los
instrumentos legales para instaurar el sistema que posibilitará el humanismo
socialista en la vida de los venezolanos y el empoderamiento del poder popular
de manera constitucional; pero también la otra cara de la moneda presenta un
programa que negaría por completo los avances revolucionarios logrados hasta el
presente y derrumbaría todo, pero absolutamente todo logro alcanzado por el
poder popular guiado por el liderazgo del presidente Chávez.
Es
por ello que las miserias humanas que promueve la derecha oposicionista deben
ser atacadas de manera radical, con acciones de calle, con despliegues para convencer
a los incrédulos, apáticos o triunfalistas, y sobre todo para sincerar el
trabajo político que permita una verdadera movilización del electorado el 7 de
octubre. Solo así podremos disfrutar ver a nuestro presidente Chávez seguir la
ruta del Socialismo del Siglo XXI a la venezolana, de manera independiente y
soberana.
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