9 de octubre de 2012

El alcalde y su patota


Fuente: La Voz del Río
César Whaite/ Política

El Alcalde de Arismendi y su patota
Nueva Esparta
            ¡Carajo! Ver al alcalde del glorioso municipio Arismendi de Nueva Esparta, paseándose junto con su banda de motorizados, en plena elección presidencial. ¡Carajo! Repito. Me recuerda dos cosas.
            La primera, las patotas del Este caraqueño de las décadas 60 y 70 del siglo pasado. Los burgueses tenían grandes motos importadas y muchos de ellos asistían a divertirse, en algunos de los country clubs de la ciudad Capital. La contrapartida, eran la banda de choque de AD y la Juventud Revolucionaria Copeyana, más o menos la misma miasma.
             La segunda, el golpe de abril cuando el entonces alcalde, ahora candidato presidencial, asaltó la embajada de Cuba en Chuao, Caracas, quebrantando, no sólo la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sino leyes que rigen al cuerpo diplomático, a nivel mundial.
¡Magnífica la arrogante imagen del alcalde!
            Cual centauro mecánico, con su banda cuidándole las espaldas, alteró el orden y la paz públicos en el municipio del cual es, burgomaestre. Cuando pasó y se detuvo frente al liceo Rísquez, centro de votación, acompañado por un camión difundiendo su música a todo volumen, mostró su espléndido desdén, por las leyes. El CNE será el ente encargado de decir cuáles normas electorales ese funcionario quebrantó.
             Alteración del orden público, es algo que se le ocurre a un ciudadano civil. Eso de primerito, por la bulla. Después, ni él ni sus compañeros de calle obedecen la ley circulando sin cascos reglamentarios (solo 1 lo llevaba junto con su chaleco, obedeciendo la palabra de la Ley).
¿Está usted, señor alcalde Fermín, por encima de la Ley?
             Pero… ¿qué puede esperarse del fascismo racista, de la América capitalista? Primero justicia defiende ese sistema norteamericano y están dispuestos a vender la sangre venezolana, con el único fin de satisfacer sus necesidades dentro del esquema de ese viejo orden mundial, decretado por George Bush padre, cuando invadió Irak diez años antes de que su hijo favorito, lo hiciere otra vez.

No hay comentarios: